PREGUNTAS BIBLICAS

José Nuñez Diéguez

Muchos que piensan que pueden perder la salvación frecuentemente se preguntan por lo que dice el pasaje de Mateo 12.31. Vaya aquí una respuesta a esa inquietud.

¿Qué significa la frase “el que blasfema contra el Espíritu Santo no será perdonado” (Mat 12.31)? ¿Significa que hay pecados que no pueden ser perdonados? ¿Puede un creyente cometer este pecado?

La discusión concerniente a la naturaleza a este pecado imperdonable es controversial. Algunos en la iglesia primitiva pensaban que este pecado era la negación de la inspiración profética en general; otros pensaban que era una forma de apostasía post conversión. Tal vez la postura más común es la que equipara el pecado imperdonable con el rechazo del evangelio. Aquellos que rehúsan aceptar el perdón del os pecados por la cruz no tienen otros recursos para expiar los pecados. En esta interpretación, el pecado imperdonable es el pecado de la incredulidad, lo cual parece afirmar en 3.18 y 16.9 además de 1 Juan 5.16

Aunque es una posible interpretación, no me parece que calce dentro del contexto de Mateo 12. En este pasaje, el Fariseo parece atribuirle al milagro de Jesús un poder que es del príncipe de los demonios, Satanás.  Ellos no se persuaden por el testimonio dado por Jesús. Ellos quieren ser un tropezadero a cualquiera que esté considerando seguir a Jesús. Luego de este milagro, el versículo 23 dice que toda la gente estaba maravillada  preguntando si no sería este el Hijo de David. En este punto los Fariseos, en un intento de disuadirlos, dicen que Jesús es una marioneta de Satanás.

La “blasfemia del Espíritu” describe a un corazón que es tan duro que no solo rechaza ver la obra divina de Cristo, sino que activamente previene a que otros lo hagan. Esta interpretación está acorde con el contexto. Aquellos que se oponen a Jesús buscan desparramar a los judíos en lugar de juntarlos en el reino de Dios (v.30). Aun en la presencia de uno de los grandes milagros del Evangelio—la sanidad del poseído del demonio, ciego y mudo—los corazones de los Fariseos estaban imperturbables. Los líderes religiosos habían cerrado su corazón a cualquier testimonio del Espíritu que afirmara que Jesús es el Enviado de Dios. Ese el pecado imperdonable.

Otro pasaje dentro de la Biblia afirma esta interpretación. Deuteronomio habla de la adoración de los ídolos (que puede persuadir a que otros lo hagan), visto como un pecado que no será perdonado (29.18-20). Aquellos que causen que un pequeño tropiece,  mejor le fuera que se colgaran una piedra de molino y se arrojaran al mar (Mateo 18.6). Y en el libro de Hebreos habla de aquellos que han experimentado el testimonio del Espíritu en algún grado y lo rechazan;  ¿Cómo pueden ser traídos al arrepentimiento? (6.6)

Finalmente, ¿puede un creyente cometer este pecado? Personalmente no creo que un individuo que ha confesado genuinamente a Jesús como Señor pueda públicamente oponerse a la obra de Dios en el mundo atribuyéndole a Dios la maldad. Pastoralmente, cualquier creyente que teme haber cometido este pecado no debiera preocuparse; un apóstata ni siquiera consideraría preocuparse por haber cometido este pecado. Lo cual le probaría a ese hermano que lo pregunta que él no es un apóstata.